viernes, julio 26
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Educación en decadencia

Pruebas Faro es una incertidumbre

Edgar Brenes Valenciano, periodista

El ministerio de educación pública (MEP) es el encargado de dar las mejores herramientas y planes de estudios para los que los docentes apliquen en el I, II, III y IV Ciclo para la educación de los estudiantes de centros públicos y privados, a través de los últimos años se ha modificado para los estudiantes escolares y colegiales las pruebas de bachillerato de tal manera que ha afectado en la calidad estudiantil y ha truncado a muchos por alcanzar sus metas profesionales.

Hoy día, no es la excepción en la toma de decisiones del Consejo Superior de Educación (CSE) con respecto a las pruebas Fortalecimiento de Aprendizajes para la Renovación de Oportunidades (FARO), una vez más la premura los toma por sorpresa debido a que entre el 15 y el 17 de junio están programadas las evaluaciones para el caso de primaria, y del 29 de junio al 1 de julio en el caso de secundaria y no se ha nombrado en este Consejo el sustituto de Leonardo Garnier lo que indicaría que las pruebas FARO continuarían según lo programado.

Ante tal situación, el Presidente de la República Rodrigo Cháves ha manifestado estar de acuerdo con eliminar las pruebas FARO, pero no es competencia de él tomar la decisión y aprobarla, sino que corresponde tal y como la legislación en esta materia, que dicta en el artículo No. 8 de la ley 1.362 de la creación del Consejo le da potestad a este de aprobar “los planes de desarrollo de la educación pública”, “los proyectos para la creación, modificación o supresión de modalidades educativas, tipos de escuelas y colegios, y la puesta en marcha de proyectos innovadores experimentales, ya se trate de la educación formal o la no formal”, “los reglamentos, planes de estudio y programas a que deban someterse los establecimientos educativos y resolver sobre los problemas de correlación e integración del sistema”, “el sistema de promoción y graduación”, entre otras.

Además, quien preside el Consejo (en este caso la ministra de Educación, Anna Katherine Müller) debe presentar la propuesta. Una vez se recibe el planteamiento, el órgano técnico procede a integrar una comisión interna para analizarlo y plantear si se aprueba o se rechaza. Finalmente, es conocido por el pleno del CSE y se adopta una resolución.

También, la docente Magdalena Rodríguez que imparte lecciones en III y IV ciclo, indicó que: “considero que las pruebas de FARO no se deben aplicar por la realidad que se vive de un centro educativo a otro, son muchas la diferencias entre una zona rural y la urbana, se debe considerar la condición socio-económica en la que viven los estudiantes, aspectos socio culturales”.

Así las cosas, mientras los docentes, sindicalistas, el Presidente de la República, padres y madres de familia y estudiantes están en desacuerdo con las pruebas Faro, que por cierto que las últimas que se realizaron con preguntas polémicas a los estudiantes de índole personal han fracasado sin tener un rumbo definido en la calidad de la educación costarricense.

Por su parte,  en un comunicado de prensa de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) el sindicalista Albino Vargas mencionó que:  “la Alianza del trabajo que la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados tiene con el Movimiento Estudiantil de Secundaria  (MEDSE) desde el 2019 permitió a ANEP sensibilizarnos acerca de las pruebas FARO constituían un experimento arbitrario e imprudente, carente de rigidez pedagógica y, peor aún, sin considerar aspectos psicosociales y sociofamiliares del estudiantado víctima.

Las máximas autoridades político-jerárquicas del anterior gobierno, tanto a nivel de Casa Presidencial como del propio (MEP), continúan en la impunidad sin que, entre otros aspectos, rindan cuentas por los 2 mil y resto de millones de colones que, literalmente, quedan botados”, manifestó el sindicalista.

“Debido a las situaciones que se vienen dando desde hace mucho tiempo atrás, en el 2018 se vivió la huelga por tres meses en protesta contra el plan fiscal, en el 2019 apenas se recuperaba el sistema y en marzo del 2020 se enviaron los estudiantes a las casas a recibir las lecciones, en su mayoría no contaban con dispositivos electrónicos ni internet, dos grandes recursos para que la virtualidad cumpliera su objetivo y en el 2021 la virtualidad y presencialidad intermitente. Los estudiantes no tienten la base necesaria para resolver los exámenes de los temas que abarcan en los Planes de la Práctica Pedagógicas emanados por el MEP”, puntualizó Rodríguez.

Asimismo, la desigualdad educativa pública y privada en nuestro país en cuanto a las condiciones estructurales para recibir las clases del estudiantado, espacios físicos, tecnología, recurso humano, entre otras.  Lo que evidencia una brecha amplia entre lo socio-económico de la población.

Finalmente, la docente Rodríguez está de acuerdo que se realicen las pruebas FARO o bachillerato para garantizar un mínimo de contenidos y medir las habilidades o conocimientos del estudiante; pero, iniciar con un cambio de curriculum desde sétimo hasta undécimo en colegios académicos y hasta duodécimo en técnicos, unificar temas y contenidos que se van a evaluar en dichas pruebas tomando en cuenta las materias básicas.  Luego aplicarlas al menos dos años con valor formativo y al finalizar este proceso de cambio se pueda implementar como un requisito de graduación para obtener el título de bachillerato en Educación Media.

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