sábado, diciembre 21
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La contaminación, el gran aliado del coronavirus

En las ciudades con altos niveles de contaminación del aire, la COVID-19 ha golpeado más al ciudadano

El coronavirus parece impactar más a la salud en grandes ciudades expuestas a años de contaminación, cuyos habitantes serían más susceptibles a enfermedades, no solo respiratorias, y ello exige una urgente “reorganización” de las urbes para dar prioridad al peatón y hacerlas más saludables.

Así lo ha advirtió hoy, durante un acto virtual organizado por Nueva Economía Fórum,la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, quien insistió en que la salud es una cuestión publica que exige proteger la naturaleza, esa fuente -añadió- necesaria para vivir.

“Si destruimos la naturaleza, que es nuestra fuente de vida, causaremos problemas muy graves de salud publica y atentaremos contra nosotros mismos“, dijo.

Se ha apreciado una correlación, aunque aún por determinar, que desvela que en las ciudades con altos niveles de contaminación del aire, la COVID-19 ha golpeado más al ciudadano, y “eso no es por casualidad”, según la experta.

“Tenemos que entender además que la destrucción del medio ambiente es ese consumo imparable, el tráfico y comercio de animales salvajes, las prácticas agrícolas intensivas y contaminantes, la deforestación, la contaminación de plásticos…”.

Estos factores, junto a la contaminación en ciudades excesivamente pobladas, y la posibilidad, con la globalización, de dar la vuelta al mundo en veinticuatro horas generan “el cóctel perfecto” para que, a su juicio, ciertos virus hayan encontrado las condiciones perfectas para transmitirse.

“Les dimos las mejores condiciones posibles y no perdieron la oportunidad”, aseveró.

Pero más allá de pandemias, que focalizan la atención, el problema del cambio climático sigue ahí, y exige recuperar los ecosistemas porque “nos va la salud en ello”.

“Hay que cambiar la forma de generar energía y pasar a sistemas limpios y renovables, según la experta, para quien se requiere además “una alimentación más sostenible”, una agricultura “inteligente” y ciudades menos pobladas, en donde los coches dejen de ser el centro en las estrategias de planificación.

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