• David Meléndez Sánchez, nuevo alcalde de Tibás, enfrenta el reto de mantener la excelencia municipal tras el reciente fallecimiento Carlos Cascante
Lilliana Pacheco Monge
periodicogentehoy@yahoo.com
SAN JUAN, Tibás. Laboró mano a mano con su gran maestro, Carlos Cascante (q.d.D.g.), de quien absorbió su capacidad, proyección y entrega a la comunidad. Los designios del Señor pusieron a David Meléndez Sánchez frente al reto inesperado de llevar las riendas municipales por el camino de la prosperidad, una tarea que los tibaseños juzgarán con el paso del tiempo.
El alcalde es hijo de don Danilo Meléndez (q.d.D.g) y doña Fe Sánchez Marín, una vecina de Tibás muy sociable. Cuenta en confianza que a su madre le hace mucha falta salir al corredor a saludar a sus amigos y amigas, pero su hijo David la ha convencido de que lo mejor es cuidarse ante la pandemia.
A este escorpión de 63 años le gusta la música y el deporte, además de trabajar en equipo y ayudar a los demás. Es padre de cuatro hijos: Juan Pablo, John, Verónica y Caliel y esposo de doña Gloria Hernández. Luego de 30 años como funcionario del MOPT, reconoce que le interesa mucho el ordenamiento vial del cantón, “que es visitado por 60 mil vehículos diariamente. Luchamos para apoyar al ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez, en la nueva carreta que pasará de León XIII a Santo Domingo de Heredia”, comentó.
Llegó a la política en la reelección de Carlos Cascante (q.d.D.g.). Integró la papeleta para las elecciones del 2020 como segundo vicealcalde pues la Primera Vicealcaldía fue para Ana Cristina Sancho (q.d.D.g.) quien falleció y dejó un gran vacío en amigos y compañeros. Pero hubo un segundo golpe para Meléndez cuando, por culpa del COVID-19, ni siquiera se pudo despedir de su amigo Carlos, compañero de luchas y alcalde hasta ese momento. Hoy está al frente de la Municipalidad de Tibás y desea hacer una gran gestión por los tibaseños y en memoria de sus amigos.
- Campechano y tibaseño de cepa
Meléndez concedió una entrevista al Periódico Gente, y muy amablemente nos recibió en su despacho. Vimos su entusiasmo y deseo para que la gestión municipal siga viento en popa y que nada se paralice. Se describe como un tibaseño de cepa, un hombre feliz, amante del deporte, que sueña con que llegue el día en que se pueda pescar en el río Virilla como lo hacía en su niñez. Trabajar durante tres décadas en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) lo hace un conocedor de muchos temas que requieren solución inmediata. “Me tocó, hacer de todo y se nos pedía que lo hiciéramos de una manera o de otra. Yo he sido de los que hacen las cosas como se tengan que hacer”, señaló.
Estudió en el Colegio Mauro Fernández hasta el tercer año y luego fue becado. Primero en el Vocacional de Heredia y, luego, en el Liceo de He-redia, donde se graduó. Ha sido atleta desde que muy niño por lo que estuvo en siete ediciones de los Juegos Deportivos Na-cionales. “Voy a luchar por rescatar el Comité Can-tonal de Deportes para llevar a 198 personas a esos juegos como se hacía antes. Participábamos en natación, fútbol, atletismo, boxeo… y de todas las competiciones traíamos medallas. Recuerdo a los muchachos de la León XIII en boxeo, o cuando traíamos medallas en tenis de mesa. Hay que hacer del deporte una fortaleza. Debe-mos superar eso de solo asistir con siete personas”, advirtió.
Perteneció a grupos como el Rotario y el de Leones, además de ser masón, y piensa que siempre hay espacio para la superación y que la prioridad es impulsar el cantón. Cuenta, emocionado, que desde pequeño estuvo el movimiento Guías y Scouts donde paso de los pantalones cortos a ser secretario de Finanzas a nivel nacional. Fue asesor de ministros y director de Emergencias en el MOPT por 24 años.
Todo ejemplo de esfuerzo y superación lo emociona, no importa el área en que se presente un logro, como en el caso del arte y el deporte. Por eso se siente orgulloso de la Sinfónica de León XIII y piensa que “es bellísimo escuchar a estos niños. Además, ya vimos dónde se va a construir la nueva cancha en ese sector y hay licitaciones para hacerla realidad”, comentó.
Le entusiasma el grado de compromiso que tienen los empleados municipales y los proyectos que conjuntó su amigo, Carlos. Estos planes representan a la Alcaldía por lo que seguirá apoyándolos y desarrollándolos. “Entre otros, está terminar el Estadio Municipal y celebrar el cantonato. También comprende proyectos como el de parquímetros y la Policía Municipal”.
Reconoce que la pandemia ha afectado servicios por la reducción de ingresos, pero mete la mano en el fuego por los empleados municipales que, en su criterio, son lo mejor que tiene el Ayuntamiento y quiere que ellos se sientan bien para que sigan trabajando a gusto. El personal de la Municipalidad hace su mayor esfuerzo, y las limitaciones que pueden señalarse, más bien obedecen a que se llegaron a perder hasta ¢600 millones mensuales por la falta de pago de los contribuyentes.
El alcalde Meléndez opina que el tema de la Policía Municipal es prioritario, pero luchará por una Policía bien capacitada para que el servicio que preste sea óptimo. Señaló que ya tiene el apoyo de los regidores para que este grupo de seguridad cantonal sea una realidad.
El hecho de haber perdido a sus dos amigos y compañeros de trabajo no lo detiene. Dice que se apega a lo que decía su papá “Al mal camino hay que darle prisa”, “si Dios lo puso en ese lugar es para servir” y “para atrás ni para coger impulso”. Su parecer es que la humildad abre puertas, y que pronto, paso a paso, con esfuerzo y una buena actitud, la Municipalidad recobrará la normalidad.
Hablando de humildad, dice que admira a los compañeros de limpieza pública que se meten a una alcantarilla hasta la cintura y a los que limpian los caños pues ellos se exponen para preservar la limpieza y seguridad de nuestras calles. Además, recuerda que la preservación del medio ambiente es una tarea de todos. “Hay días señalados en que se recoge basura no tradicional y reciclaje para darle un buen proceso. También me gustaría que los vecinos estuvieran atentos a denunciar a los antisociales que están robando tapas de alcantarillas; gracias a estas denuncias detuvieron a uno de ellos”.
David Meléndez es una persona feliz y agradecida, pero nos revela qué lo pone triste: “Me duele cuando alguien tiene hambre y no tiene qué comer. Me duele cuando se agrede a los niños. No acepto la agresión a la mujer. Podemos hacer un cambio y crecer y avanzar”, dice. Ver cómo se avanza en la vacunación lo emociona e invita a todos a seguir los protocolos para evitar esos contagios cuyos desenlaces pueden ser fatales.
El nuevo alcalde es un profesional experimentado, pero también un hombre de esperanza “Tenemos un cantón muy lindo, la mejor manera de mejorarlo es hacer bien nuestra labor en la Municipalidad, pero no solo eso: necesitamos que usted nos ayude y que cada vecino quiera mejorarlo. Los invito a cambiar para bien”.