• El cáncer colorrectal que afectó al actor de Pantera negra es uno de los más mortales del país. Pronóstico: 1 de cada 52 personas en Costa Rica tendrá este cáncer y 1 de cada 117 fallecerá por esta causa.
La mortalidad por cáncer colorrectal ha despertado interés en el mundo tras la muerte del popular actor Chadwick Boseman, un hombre atlético y aparentemente saludable, que interpretaba una de las películas más vistas y aclamadas por la crítica cinematográfica: Pantera Negra.
Sin embargo, tras su fallecimiento, las noticias hablan de que él había tenido una intensa lucha contra la enfermedad durante los últimos cuatro años, pero su padecimiento era solo conocido para su círculo más cercano.
A partir de su muerte las personas se preguntan cuán frecuente es este cáncer. La respuesta es inquietante y nos pone en alerta; en Costa Rica la mortalidad por este tipo de cáncer es alta: el cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres sólo superado por cáncer de mama y el tercero en hombres superado por cáncer gástrico y prostático.
Además la enfermedad se ha incrementado de forma alarmante desde el año 2000: se registra el incremento es de un 73% en hombres y 23% en mujeres en la estadística más reciente en comparación con el año 2000.
El doctor Alejandro Calderón Céspedes del proyecto “Fortalecimiento de la atención integral del cáncer” de la CCSS señala el riesgo de llegar a tener y a fallecer por cáncer con una cifra contundente desprendida de la base de datos en internet sobre cáncer Globocan: uno de cada 52 personas en Costa Rica será diagnosticada con cáncer y 1 de cada 117 fallecerá por esta causa”.
El incremento en la mortalidad va de la mano de un incremento en la enfermedad: desde el año 2000, lo mortalidad por cáncer colorrectal ha aumentado un 58% en hombres y un 34% en mujeres. En perspectiva de datos actuales: 11 de cada cien hombres con cáncer tienen de colon y recto y 10 de cada 100 mujeres también lo padecen.
Este cáncer empieza a presentarse a partir de los 45 años y afecta en mayor proporción a población de mayor a 75 años.
Las regiones del país con más casos son la Central Norte (Alajuela – Heredia). la Central Sur y también la Región Brunca.
Frente al impacto de la enfermedad el país ha tenido logros en el abordaje: Costa Rica tiene la segunda mejor sobre vida de Latinoamérica.
El promedio latinoamericano en sobrevida de cáncer de colon es 51.7%. Costa Rica, que está entre las más altas en la región (60,1%) y es un poco menor al promedio de la OCDE de (62,1%). De allí la importancia de la prevención y la detección temprana.
La prevención con hábitos saludables
La mayoría de los casos de cáncer colorrectal son esporádicos y ocurren en personas sin antecedentes familiares o personales de problemas malignos o premalignos en colon y recto. Este grupo es entre un 65 y un 75% del total de casos diagnosticados. El porcentaje restante se da en personas con la presencia de alguna condición de riesgo elevado.
La prevención tiene como objetivos identificar los factores de riesgo en la dieta y en el estilo de vida de las personas para intentar modificarlos.
Las recomendaciones son:
– Consumir una dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas.
– Disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal.
– Ingerir productos ricos en calcio (lácteos).
– Realizar actividad física regularmente y evitar el sobrepeso.
– Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco.
Cuando cumpla 50 años, comience a hacerse exámenes regulares de detección de cáncer colorrectal. Estos incluyen exámenes pruebas de material fecal para ver si hay sangre, así como una colonoscopia cada 10 años si le médico se la recomienda cuando usted le comenté algún síntoma fuera de lo común.
Estas recomendaciones se basan en que el cáncer colorrectal se ha asociado al consumo de carne roja y procesada, así como la obesidad. Además, se ha vinculado al consumo de dietas ricas en grasa animal y/o bajas en fibra, el fumado y el alcohol.
Como contraparte, las dietas ricas en fibra, frutas y vegetales y el ejercicio físico parecen proveer un efecto protector. En cuanto al uso de multivitamínicos y antioxidantes, tan populares entre la población general, la información disponible no permite concluir que tenga un efecto beneficioso.
¿Quién tiene riesgo?
Lo malo es que al cáncer colorrectal a menudo se le llama la enfermedad “silenciosa” porque los síntomas no siempre se presentan en etapas tempranas si no que aparecen hasta más avanzada la enfermedad, cuando es más difícil de curar.
Lo bueno es que el cáncer colorrectal es prevenible y curable, la mayoría de las veces cuando se detecta temprano a través de pruebas de detección regulares.
Las pruebas de detección ayudan a su médico a encontrar pólipos, antes de que usted tenga síntomas. Los pólipos son abultamientos en la pared del colon que se pueden convertir en cáncer.
Encontrar pólipos y extirparlos puede prevenir el cáncer colorrectal. Además, como es usual en los cánceres, el tratamiento contra el cáncer de colon y recto tiene mayores probabilidades de ser eficaz cuando la enfermedad se detecta temprano.
Para encontrar pólipos o cáncer colorrectal temprano es necesario seguir lo siguiente:
Las personas deben someterse a exámenes de detección a partir de los 50 años.
Las personas que corren un alto riesgo que el promedio de padecer cáncer colorrectal debe hablar con su médico sobre si deben someterse o no a exámenes de detección antes de los 50 años, qué exámenes hacerse, los beneficios y riesgos de cada examen y la frecuencia con que deben programar las citas.
El desarrollo del cáncer colon y recto se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios y otros denominados ambientales que se relacionan con la alimentación y el estilo de vida que afectan la genética de las células del colon y recto.
El punto clave es que es un examen que está disponible en todos los ebáis. El examen de sangre oculta en heces, para mayores de 50 y menores de 75 años, puede revelar la presencia de pólipos en el colon y recto, que son lesiones precancerosas; por lo tanto, su hallazgo y tratamiento puede evitar el cáncer o, si se detectan lesiones tempranas, da oportunidad de tratarlas bajo la expectativa de vida de un 90% después de cinco años.